Hoy regresaba de la Universidad; luego de haber tomado dos busetas equivocadas para intentar llegar allá y al final terminar más lejos que de la casa donde vivo a allá. Al final tuve que tomar un Taxi para poder llegar, aunque, luego, el retorno fue más sencillo; incluso sin enterarme, me subí a la buseta, me llevó hasta dónde debo bajarme, me bajé y hasta una hora después me enteré que en ningún momento le pagué al conductor.
En fin, iba caminado por una calle atestada de gente y había un tipo hablándole a todo el mundo acerca de cómo con convertirse había aprendido a apreciar a su madre. Yo creo que con dos dedos de frente, sentido común y por simple hecho de ser humano ya puedes hacer eso :L Qué pena que alguien necesite de un libro que nunca acaba de leer y de ideas fuera de base para saber que a tus padres debes apreciarlos por todo cuanto hacen; bueno, exceptuando a aquellos que son malos padres, aunque aun así...
Pasé de éste tipo y un par de cuadras más adelante una señora bastante anciana y con cara de alegría me acercó un pequeño papel; yo inmediatamente lo tomé pensado que era alguna dirección o número telefónico en el que aquella señora necesitaba ayuda. Resultó ser un folleto con frases bíblicas.
La curioso es ésto; sí hubiese sabido que era algo sobre religión, y más sobre su fanatismo, lo rechazó. Pero, si por el contrario, era una dirección con la que la anciana necesitaba ayuda yo le hubiese colaborado en todo lo posible. Luego nos tildan a los no creyentes, agnósticos, satanistas o ateos de ser los malos.
Y terminando, ¿A quién se le ocurre poner a una ancianita a entregar folletos en una ciudad insegura, llena de transito y gente indolente?
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